martes, 11 de enero de 2011

"ALCANZANDO UN SUEÑO"

HECHOS 28

“Y Pablo permaneció dos años enteros en una casa alquilada, y recibía a todos los que a él venían, predicando el reino de Dios y enseñando acerca del Señor Jesucristo, abiertamente y sin impedimento.” Hechos 28: 30-31

DESPUÉS DEL NAUFRAGIO.
¡Gracias a Dios todos los que iban a bordo del barco salvaron la vida! Los náufragos fueron bien recibidos por los naturales de la Isla de Malta, donde la nave fue llevada por los vientos huracanados.
Dentro del plan de Dios estaba que Pablo y sus colaboradores llegaran allí para cumplir un propósito divino, como prueba de ello fue la sanidad del padre de Publio mediante la oración de Pablo. “Hecho esto, también los otros que en la isla tenían enfermedades, venían, y eran sanados;” (V9) Siendo médico, Lucas debió tener mucho trabajo, pues la frase “venían, y eran sanados;” se puede traducir “venían y recibían tratamiento” ya que el verbo usado en esta frase proviene del vocablo “terapero (terapia o tratamiento), a diferencia de la sanidad del padre de Publio, que fue sanado milagrosamente después de la oración e imposición de manos.
CONTINUANDO LA MARCHA HACIA ROMA
Después de tres meses, cuando el clima se tornó favorable para la navegación, los sobrevivientes prosiguieron su viaje a Roma en otra nave imperial de Alejandría que había invernado en Malta. El siguiente destino fue Siracusa, luego Puteoli, para continuar por tierra hasta el Foro de Apio y Tres Tabernas donde Pablo se fue recibido por hermanos de Roma, “y al verlos, Pablo dio gracias a Dios y cobró aliento.” (V15)
Inicialmente, el traslado de Pablo de Palestina a Roma parecía un simple viaje de rutina, pero Dios le regaló a su hijo Pablo un viaje misionero lleno de espectaculares aventuras y triunfos, pues hubo mucho tiempo para convivir con marineros, presos, pasajeros, soldados y residentes de diferentes lugares donde pasaron, a quienes no solo testificaron de la palabra, sino mostraron en vivo y a todo color como afronta la vida un verdadero cristiano, ya sea en tormentas o en bonanza.
¡ROMA AL FIN!
En Roma, Pablo permaneció en arraigo domiciliario por dos años en una casa rentada. Podemos ver a Pablo entusiasmado por lograr su anhelo cumplido, pues inmediatamente convocó a los principales de los judíos radicados en la ciudad para informarles sobre la causa de su detención y acordar otro día para hablarles acerca “del Camino”. “Y habiéndole señalado un día, vinieron a él muchos a la posada, a los cuales les declaraba y les testificaba el reino de Dios desde la mañana hasta la tarde, persuadiéndoles acerca de Jesús, tanto por la ley de Moisés como por los profetas.” (V23)
Después de reuniones repetidas con sus compatriotas, los acontecimientos siguieron el patrón ocurrido en la mayoría de los casos en que Pablo y su respectivo equipo plantaron iglesias:
• Algunos judíos creyeron y otros no.
• Después del rechazo de una fracción de los judíos, Pablo se enfocó en la predicación a los gentiles (no judíos) reuniéndolos con los judíos conversos.
• Se quedó por un buen tiempo para predicar y afirmar a la iglesia (mas de dos años).
• Aunque ya no se registra en el libro de los Hechos, después vendría la inevitable reacción agresiva de los judíos.
¿QUÉ PODEMOS APRENDER?
• Si bien el personaje principal es el apóstol Pablo, él solo no hubiera podido realizar el trabajo de este cuarto viaje misionero. De las cartas escritas por Pablo, sabemos que integró un grupo de trabajo con Epafras, Marcos, Aristarco, Demas y Lucas, quienes cumplieron con funciones decisivas en la transmisión del mensaje.
• Nótese que Marcos, quien había desertado en el primer viaje misionero, fue requerido por Pablo para que trabajar con él en Roma, demostrando lo que es reivindicarse y aprovechar las segundas oportunidades.
• ¿Quién no querría tener amigos como Aristarco y Lucas? Dispuestos a arriesgar sus vidas para asistir a Pablo en las buenas y en las malas, pasaron junto a él la que probablemente fue la etapa más desalentadora de su vida; pero también se gozaron con las victorias y haciendo realidad un sueño que hicieron propio.
• La condición de preso de Pablo parecería trágica, para muchos, pero en realidad tenías sus ventajas. ¡Ahora estaba custodiado por la autoridad contra cualquier ataque! Además, tuvo el tiempo suficiente para escribir cartas que tanto edifican nuestras vidas. Así que, cuando estemos en alguna situación muy desagradable, busquemos las cosas positivas, debe haberlas.
• Predicar en Roma era un sueño de Pablo. Que Pablo predicara en Roma era un sueño de Dios. ¿Podrían entonces algunas tormentas meteorológicas o humanas evitar que se cumpliera ese sueño compartido? Por cierto, ¿Tus sueños son los sueños de Dios?
ATENTAMENTE
"TRANSFORMADOS PARA SERVIR"

JOSÍAS I. GONZALEZ.

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