sábado, 8 de enero de 2011

"¡Roma, allá voy!"

HECHOS 25

“Entonces Festo, habiendo hablado con el consejo, respondió: A César has apelado; a César irás.” Hechos 25: 12.

El gobernador Félix no se pronunció ni a favor ni en contra de las partes contendientes en el juicio (Pablo y los judíos), a Pablo lo mantuvo en custodia por dos años en Cesarea, la capital de la provincia. No sabemos que pensaba resolver, ya que fue depuesto y sustituido por Festo.
Festo, como nuevo gobernador visitó de inmediato Jerusalén, y allí fue abordado por los principales sacerdotes y los más influyentes de los judíos para pedirle que trasladara a Pablo a Jerusalén para continuar con el juicio inconcluso. La verdadera intención tener ocasión de matarlo en el camino de Cesarea a Jerusalén, en caso de ser concedida la petición.
El gobernador no accedió al traslado, pero atendió prontamente el asunto convocando al tribunal y procediendo a escuchar a ambas partes en Cesarea. No se citan exactamente las acusaciones de los judíos, pero a juzgar por la defensa de Pablo parece ser que siguieron la misma línea expuesta en el juicio anterior: 1) Sedición (infringiendo la ley Romana), 2) Sectarismo (Infringiendo la ley judía), 3) Intento de profanación del templo (Ofensa a Dios).
Por su parte Pablo responde en el mismo tenor del juicio ante Félix “Ni contra la ley de los judíos, ni contra el templo, ni contra César he pecado en nada.” (V8)
Festo, queriéndose congraciarse con los judíos pregunta a Pablo si accede viajar a Jerusalén para ser juzgado allá, obviamente Pablo no aceptó, pues ya sabía cual sería el resultado. En vez de esto, hizo uso de sus derechos como ciudadano romano y apeló ser juzgado por el mismo emperador, quien en ese entonces era nada mas ni nada menos que Nerón. El gobernador, después de pedir opinión a sus consejeros, concede a Pablo el derecho de ser juzgado en Roma.
¡Roma por fin! Pablo podría predicar en la capital imperial y ante la corte del Cesar. No tendría que desembolsar mucho dinero, ya que los viáticos de él serían cubiertos con cargo al erario del imperio.
Para estas alturas Pablo ya había entendido la instrucción de Jesucristo, en el sentido de que de la misma manera que testificó en Jerusalén, era necesario que testificara en Roma. Si en Jerusalén testificó estando preso y siendo juzgado, Pablo cayó en cuenta que en Roma también predicaría apresado y defendiéndose en juicio.
La palabras de Festo a Pablo diciendo “A César [al emperador] has apelado; a César irás.” debieron haberle causado gran emoción, el futuro era incierto, pero todo se iba acomodando de tal manera que su sueño de predicar de Jesús en Roma estaba por cumplirse.
Para pensar:
• Cada ataque que Pablo recibía, le era doloroso, pero lo hacía más fuerte, su fama crecía ahora entre reyes y gobernadores y lo acercaban cada vez más a cumplir su misión de vida, pues más de uno tendría curiosidad de escuchar personalmente a Pablo. En vez de mirar a los problemas como nefastos, pensemos ¿como es que cada tribulación puede ayudarme a mi crecimiento y logro de mis metas?
• Cuando estemos cumpliendo fielmente la misión de Dios para nuestras vidas, nada ni nadie podrá impedirlo, pues contaremos con el respaldo absoluto de Dios mismo.

ATENTAMENTE
"TRANSFORMADOS PARA SERVIR"

JOSÍAS I. GONZALEZ.

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