miércoles, 5 de enero de 2011

"NO PUEDO MORIR AHORA"

HECHOS 23

“A la noche siguiente se le presentó el Señor y le dijo: Ten ánimo, Pablo, pues como has testificado de mí en Jerusalén, así es necesario que testifiques también en Roma.” Hechos 23: 11.

¡No me puedo enfermar ahora! ¡No puedo morir en este momento porque tengo que….! Son frases de alguien que está en una situación de crisis física pero tiene algo importante que cumplir. Es bien sabido que uno de los factores determinantes para la sobrevivencia de un individuo en las condiciones más desfavorables, es tener un propósito de vida.
Pablo se encontró en varias ocasiones en situaciones de alto riesgo, pero a partir de su llagada a Jerusalén su vida pendía de un hilo; pues a los pocos días de su llegada una turba por poco lo lincha. Lo que siguió en sus tribulaciones fue comparecer a una audiencia de ley ante el tribuno romano y el sanedrín (concilio formado por 70 de los principales sacerdotes judíos), el cual había resuelto la pena de muerte para el acusado.
El apóstol recibió de Jesús, entre otras cosas, la misión de predicar ante reyes y gente de las altas esferas de gobierno. Pablo ya había tenido la oportunidad de predicar a algunos gobernantes, pero no se podría considerar que hubiera cumplido totalmente esta parte de la misión. Además, tenía un firme deseo de predicar en Roma, siendo la capital del imperio, era una ciudad estratégica para expandir la palabra de Dios; incluso es probable que Pablo ya hubiera considerando un viaje a España, usando a Roma como plataforma.
Aunque Pablo estaba a dispuesto a morir por causa del nombre de Jesús, él no quería morir en ese momento, pues tenían un propósito de vida pendiente por cumplir. Esto se nota claramente en su forma de luchar por su vida ante la seria amenaza que estaba enfrentando, él y los cristianos en Jerusalén estuvieron muy alertas en cada movimiento que hacían sus detractores, además lo vemos actuar con estrategias en general muy bien pensadas y ejecutadas. Veamos algunos aspectos relevantes en el actuar del apóstol:
• Conocía sus derechos como ciudadano romano y los hizo valer para evitar ser torturado y sentenciado sin un juicio justo.
• Conocía la ley judía a la perfección, y también la aplicó en su defensa. Aunque cometió un error al llamar: ”pared blanqueada” al sumo sacerdote por haberlo mandado golpear injustamente; sin embargo Pablo se disculpó diciendo: “No sabía, hermanos, que era el sumo sacerdote; pues escrito está: No maldecirás a un príncipe de tu pueblo.”(V5)
• Expuso hábilmente su defensa sin comprometer sus convicciones, logrando dividir a sus acusadores; ya que unos creían en la resurrección, los espíritus y los ángeles y otros no. Incluso una fracción de los fariseos llegó a considerar que al hostilizar a Pablo estarían resistiendo a Dios.
• Después de la comparecencia ante el tribuno y el sanedrín, seguramente Pablo se sentía angustiado y temeroso, por lo que la noche siguiente el Señor Jesus lo visitó para consolarle y darle ánimos.
• Pablo denunció un complot de más de 40 hombres que habían jurado no comer hasta no ver muerto a Pablo. Ellos habían planeado una emboscada para matar al apóstol, pero un sobrino de Pablo le advirtió oportunamente.
¿Que podemos aplicar a nuestra vida?
• Jesús dijo a Pablo, que así como había testificado de Él en Jerusalén, era necesario que testificara en Roma. De esta manera confirma que el anhelo de Pablo de ir a Roma era el anhelo de Jesús, por lo que le sería cumplirlo.
• Es obvia la presencia de la mano de Dios evitando providencialmente que Pablo fuera ejecutado, pero esta intervención se da cuando Dios ve a este hombre que ama la vida y lucha por ella esgrimiendo lo mejor que tiene, que ama la misión dada por Dios mismo y que tiene grandes metas aun por cumplir para gloria de Jesús.
• No se a ti, pero a mi pero este relato me inspira mucha esperanza, porque veo al gran apóstol Pablo como un hombre como tú y como yo, con miedos, con angustias, cometiendo errores y pidiendo perdón por ellos. Sobre todo, veo que Jesús no deja solo al que lucha por Él, sino que lo respalda y lo anima en sus anhelos para seguir viviendo por un propósito divino.
ATENTAMENTE
"TRANSFORMADOS PARA SERVIR"

JOSÍAS I. GONZALEZ.

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