"LA SALVACIÓN ES POR GRACIA·"

HECHOS 15

“Antes creemos que por la gracia del Señor Jesús seremos salvos, de igual modo que ellos.” Hechos 15: 11
Después de que Pablo, Bernabé y Lucas regresaron de su primer viaje misionero “algunos que venían de Judea enseñaban a los hermanos: Si no os circuncidáis conforme al rito de Moisés, no podéis ser salvos.” (V1) Estos judíos aunque se habían convertido al cristianismo no habían comprendido que el sacrificio de Jesús es suficiente cuando se le acepta acompañada de arrepentimiento y fe. La enseñanza de estas personas confundían a los creyentes nuevos en la fe, ya que su enseñanza contradecía las enseñanzas de Jesús y de sus apóstoles.
El punto central de controversia era que ellos enseñaban que había que hacer obras para lograr completar la salvación, aunque ya hubieran aceptado a Cristo como salvador y hubieran recibido el Espíritu Santo, les decían que era necesario circuncidarse para obtener la salvación, además de observar la ley de Moisés.
“Como Pablo y Bernabé tuviesen una discusión y contienda no pequeña con ellos, se dispuso que subiesen Pablo y Bernabé a Jerusalén, y algunos otros de ellos, a los apóstoles y a los ancianos, para tratar esta cuestión” (V2)
Y se reunieron los apóstoles y los ancianos para conocer de este asunto. (V6) Dice la escritura que hubo mucha discusión sobre el tópico, Lucas no escribe mucho sobre la argumentación de ambas opiniones pero registró la conclusión de la controversia con tres intervenciones concluyentes:
1. Pedro intervine diciendo: “Varones hermanos, vosotros sabéis cómo ya hace algún tiempo que Dios escogió que los gentiles oyesen por mi boca la palabra del evangelio y creyesen. Y Dios, que conoce los corazones, les dio testimonio, dándoles el Espíritu Santo lo mismo que a nosotros;… Antes creemos que por la gracia del Señor Jesús seremos salvos, de igual modo que ellos.” (V8-11)
2. Luego “oyeron a Bernabé y a Pablo, que contaban cuán grandes señales y maravillas había hecho Dios por medio de ellos entre los gentiles.” (V12)
3. Finalmente, Jacobo tomando la batuta interviene afirmando que con la salvación de los gentiles se cumplía lo profetizado por Amós. Finalmente concluye con una propuesta concreta: “Por lo cual yo juzgo que no se inquiete a los gentiles que se convierten a Dios, sino que se les escriba que se aparten de las contaminaciones de los ídolos, de fornicación, de ahogado y de sangre.” (V19 y 20)
La propuesta de Jacobo pareció bien “a los apóstoles, a los ancianos y a toda la iglesia” (V22), y acordaron enviar a los creyentes de Antioquía; Siria y Cilicia una carta con esta conclusión. Para esto nombraron a Bernabé y Pablo para llevar el escrito, y a Judas y Silas para que animaran los creyentes y les comunicaran verbalmente el acuerdo; el cual en resumen concluía que haciendo las buenas obras de la ley de Moisés no se lograría la salvación del alma, por lo tanto, no era necesario circuncidarse para se salvos.
Para reflexionar:
• Uno de los significados de Gracia es: regalo inmerecido.
• En Isaías 64:6 dice “Si bien todos nosotros somos como suciedad, y todas nuestras justicias como trapo de inmundicia”. De acuerdo con este versículo, nuestras buenas obras no sirven para ganar la salvación, de hecho pueden estorbarla, nadie puede ganarse la gloria por merito propio.
• Debido a que tú y yo nunca podríamos ganarnos la gloria, Jesús vino a saldar la cuenta por todos nuestros pecados y a dar a abundante a todo el que arrepintiéndose de sus pecados y le acepte por fe como salvador.
• Las buenas obras no son el medio para ser salvos, sino consecuencia de ella.
• La salvación dada por gracia tampoco es una licencia para seguir pecando, los creyentes que han sido salvos por Jesucristo vivirán en un proceso constante de transformación, apartándose cada vez más del pecado.

ATENTAMENTE
"TRANSFORMADOS PARA SERVIR"

JOSÍAS I. GONZALEZ.