jueves, 23 de diciembre de 2010

"SALVACIÓN PARA LOS GENTILES"

HECHOS 10

“Y los fieles de la circuncisión que habían venido con Pedro se quedaron atónitos de que también sobre los gentiles se derramase el don del Espíritu Santo.” Hechos 10: 44-45

La salvación en Jesucristo inicialmente solo se predicó a judíos, primeramente a los 120 que oyeron el mensaje directamente de Jesús, luego a judíos residentes en Jerusalén y judíos de muchas partes del mundo que estaban en Jerusalén. Después, para gran asombro de ellos, a los samaritanos, quienes eran considerados racialmente y religiosamente “mitad judíos”.
Para los primeros discípulos la conversión de samaritanos y prosélitos (como el etíope eunuco) no fue algo fácil de aceptar, ya que significó romper paradigmas muy arraigados y preparó el camino para vencer una creencia fuertemente defendida en el judaísmo: “los gentiles (lo no judíos) no podían ser parte del pueblo de Dios”.
Tocó a Pedro abrir la puerta de las buenas noticias de salvación a los gentiles, ya que fue el primero en ir a ellos y predicarles de Jesucristo. Esto sucedió de manera milagrosa, ya que de no haber sido así, seguramente Pedro se habría rehusado.
Un ángel visitó a Cornelio, quien era un militar romano de Cesarea, el ángel le dice que mande traer desde la ciudad de Jope a Pedro para que les hable de un mensaje de salvación.
Pedro por su parte, a la hora que hace hambre, tiene una visión donde ve bajar del cielo abierto un gran lienzo conteniendo toda clase de animales y oye una voz que le dice: “Levántate, Pedro, mata y come” (V13), ¿Cómo era posible? ¿Dios mismo ordenándole que comiera cerdo o serpientes indistintamente con corderos o reses? ¡En el lienzo veía animales prohibidos como alimento en el judaísmo! ¡No es posible! ¿Sería su imaginación afectada por el hambre? Pues no, esto se repite tres veces para que no quedara alguna duda, cada vez se repite la orden, a la que Pedro responde de acuerdo a sus patrones judaicos: “Señor, no; porque ninguna cosa común o inmunda he comido jamás.” (V14) pero la voz respondió “Lo que Dios limpió, no lo llames tú común.” (V15)
Todavía se encontraba perplejo preguntándose el significado de la visión, cuando llegan unos desconocidos a buscarlo. El Espíritu Santo le dice: “He aquí, tres hombres te buscan. Levántate, pues, y desciende y no dudes de ir con ellos, porque yo los he enviado” (V10)
Al tercer día, Pedro llega a casa del centurión romano, Cornelio al ver a Pedro, se postró a sus pies y adoró, “Mas Pedro le levantó, diciendo: Levántate, pues yo mismo también soy hombre.” (V26)
¡Increíble! Para un judío era abominación juntarse con un gentil, pero aquí vemos a Pedro en casa de un extranjero, no cualquiera, sino en casa de un oficial, un representante la dominación romana sobre Israel. No fue fácil para el apóstol llegar a este punto, tuvo que vencer resistencias internas, pero allí estaba, obedeciendo a Dios, hablándole a la familia de Cornelio y al grupo de amigos íntimos que este había convocado.
“Entonces Pedro, abriendo la boca, dijo: … Dios envió mensaje a los hijos de Israel, anunciando el evangelio de la paz por medio de Jesucristo; éste es Señor de todos. Vosotros sabéis… Dios ungió con el Espíritu Santo y con poder a Jesús de Nazaret, y cómo éste anduvo haciendo bienes y sanando a todos los oprimidos por el diablo, porque Dios estaba con él. Y nosotros somos testigos de todas las cosas que Jesús hizo en la tierra de Judea y en Jerusalén; a quien mataron colgándole en un madero. A éste levantó Dios al tercer día,… comimos y bebimos con él después que resucitó de los muertos. Y nos mandó que predicásemos al pueblo, y testificásemos que él es el que Dios ha puesto por Juez de vivos y muertos. De éste dan testimonio todos los profetas, que todos los que en él creyeren, recibirán perdón de pecados por su nombre.” (V34-43)
“Mientras aún hablaba Pedro estas palabras, el Espíritu Santo cayó sobre todos los que oían el discurso.” (V44). Los gentiles congregados entendieron el mensaje y se arrepintieron ¡solo escuchando el discurso de Pedro! Aun no se habían bautizado, ni habían orado por ellos, solo creyeron de corazón, recibieron el perdón de pecados y la salvación en Jesus. Como consecuencia, recibieron al Espíritu Santo. Después de esto, fueron sumergidos en agua.
Enseñanzas:
• Pedro había dejado su oficina en Jerusalén y estaba trabajando en una gira pastoral cuando fue llamado a esta importante misión.
• Jesús es el único mediador entre Dios y los hombres. El mismo Pedro no permitió, ni permitiría que se arrodillaran ante él.
• ¿Cuáles prejuicios nos impiden acercarnos a Jesús? ¿Cuáles nos impiden compartir a otros de Jesús? El Señor no hace acepción de personas, compartamos alegremente y con libertad.
• La conversión Cornelio, su familia y sus amigos fue muy significativa, a partir de este evento el mensaje de salvación se difundiría a toda lengua, tribu y nación!
• Solo los que decidían por voluntad propia aceptar a Cristo, eran sumergidos en agua (bautizados).

ATENTAMENTE
"TRANSFORMADOS PARA SERVIR"

JOSÍAS I. GONZALEZ.

No hay comentarios:

Publicar un comentario